jueves, 13 de marzo de 2008

La inmigración


Durante siglos la humanidad ha estado en continuo movimiento de un lugar a otro, sin embargo es en la actualidad cuando más importancia está cobrando los flujos migratorios. El principal motivo es la tremenda diferencia entre los países del norte y los países del sur. Mientras en los países del norte se vive con recursos más que suficientes, en los países del sur la gente muere de hambre, por esto es lógico que los habitantes de estos últimos países aprovechen las únicas oportunidades que tiene para escapar de esa situación.
Como medida para regular estos flujos migratorios se ha procedido a instaurar distintas leyes de extranjería.
El punto de partida de la inmigración consiste en reconocer la libertad de emigrar y de inmigrar como un derecho humano fundamental. Es incoherente defender la libre circulación de bienes, de servicios y de capitales y oponerse a la de las personas. Desde esta perspectiva, los obstáculos a la entrada o la salida de un país constituyen un atentado a sus derechos legítimos.
Sin embargo, ese enfoque se ve matizado por un elemento fundamental. Si bien es cierto que los individuos han de tener la libertad de ofrecer sus servicios en cualquier lugar del mundo, también lo es que los demás han de tener la capacidad de aceptarlos por las razones que crean convenientes. La libertad de inmigración no implica pues que un “extranjero” tenga el derecho de ir donde le plazca, sino donde se le quiera recibir.


Motivos de la inmigración


El abandonar el país de origen requiere coraje o desesperación. Emigrar no es fácil. Tiene una serie de costes económicos, sociales, culturales y afectivos que son o pueden ser elevados. Esto significa que los inmigrantes suelen ser personas más forzadas, audaces e imaginativas que la media de su país de origen.
Los motores más importantes que impulsan la inmigración hacia los países ricos en el lado de la oferta son básicamente cuatro:
Las oportunidades de empleo y los deseos de mejorar el nivel de ingresos.
El caos y represión política existentes en los países exportadores de mano de obra.
La transición de economías agrarias a la industrialización ya que esta implica una nueva reasignación de los recursos desde sectores primarios a la industria que provoca flujos migratorios del campo a la ciudad y al extranjero.
Los programas de bienestar social existentes en las naciones desarrolladas que actúan como un mecanismo de atracción que en muchos casos incentiva la entrada de buscadores de rentas más que de creadores de riquezas.
Por lo se refiere a la demanda los elementos que impulsan la inmigración son:
La demanda de una fuerza laboral para actividades que no desean realizar los nativos.
La escasez de mano de obra cualificada para determinadas actividades en las economías avanzadas.
El envejecimiento de la población que exige importar mano de obra para sostener el crecimiento económico y para evitar que recaiga sobre la población nativa ocupada una carga fiscal abrumadora.
Esos tres factores se retroalimentan ya que las sociedades ricas y envejecidas crean puestos de trabajo que la población del país no quiere ocupar.
Los movimientos migratorios se pueden catalogar en cuatros grandes ramas:
Cualificados y no cualificados.
Legales e ilegales (de los que hablaré más adelante).
Voluntarios e involuntarios.
Temporales y permanentes.
La inmensa mayoría de los países industrializados aspira a importar capital humano cualificado. Este tipo de inmigración constituye un porcentaje insignificante del total. El grueso de los flujos de población a escala internacional se concentra en inmigrantes poco cualificados que se ven atraídos por las posibilidades de prosperar que les abren las sociedades ricas. La mayoría de ellos no tienen vocación de permanencia en el país anfitrión y aspiran a retornar a sus lugares de origen.

Impacto económico de la inmigración


La inmigración tiene un impacto sobre el bienestar económico del país de acogida y sobre el de su población, en concreto sobre el nivel de renta y sobre su distribución. Por simplicidad basta considerar un modelo compuesto por tres factores de producción:
Trabajadores cualificados.
Trabajadores no cualificados.
Capital físico.
En este esquema, los tres factores son sustitutos perfectos los unos de otros y las consecuencias del a inmigración depende de las características de los extranjeros. Por regla general, el grueso de los inmigrantes tiene una escasa formación, carece de experiencia laboral y no hablan el idioma del país de acogida. En este contexto, la entrada en el mercado laboral de trabajadores poco cualificados reduciría la productividad marginal del empleo de esa naturaleza. Este declive presionaría a la baja sobre los salarios de ese sector de la población trabajadora y, si los salarios son rígidos, genera paro en esa categoría profesional.


Migraciones internas
Se producen dentro del propio país de origen. El efecto que han causado estas migraciones ha sido la concentración de población en focos urbanos, ya que ha habido un desplazamiento del campo a la ciudad. La inmigración se ha ubicado de forma definitiva y los pueblos han sufrido disminuciones de poblaciones, sobre todo joven, quedando en muchos casos abandonados o con población muy envejecida.


Migraciones externas


Se produce fuera del país de origen.
Se distinguen movimientos transoceánicos, intracontinentales y fronterizos. Dan lugar a problemas más intensos de adaptación y asimilación que las inmigraciones internas.
El Estado invierte para prestar su poder organizador tanto en la salida de individuos como en el acceso al país de llegada, lo que da lugar a una serie de migraciones con calificativos particulares (asistida, controlada, cualificada, ilegal, protegida).
Este tipo de migraciones externas de forma voluntaria tiene como característica común la búsqueda de mejores condiciones de vida y trabajo y, de acuerdo con el tiempo de estancia se pueden considerar inmigraciones temporales o permanentes.


La inmigración ilegal: causas y soluciones
Uno de los factores que focalizan el debate sobre las corrientes migratorias es el espectacular crecimiento de la inmigración ilegal. A ella se asocian las peores manifestaciones del fenómeno migratorio: delincuencia, explotación etc. en términos simples se trata tan sólo de una divergencia entre el número de individuos extranjeros que un país está dispuesto a aceptar y quienes quieren entrar en él. Este desajuste entre la oferta y la demanda es el resultado directo de las políticas aplicadas por los gobiernos para regular los movimientos internacionales de población. Como los costes legales y administrativos de ser inmigrantes legales son muy altos en la mayoría de los Estados desarrollados, la emergencia de un mercado negro que permita eludir esas restricciones es inevitable. También lo es el desarrollo de una floreciente actividad empresarial que ha convertido el tráfico ilegal de inmigrantes en un próspero negocio.




Situación de los inmigrantes.
En la Argentina, si bien no hay cifras oficiales, se estima que hay más de dos millones de Inmigrantes provenientes de países limítrofes, de los que al menos la mitad, se encuentra en condiciones de residencia ilegal. La situación de estos extranjeros en el país, se ve agravada por la creciente xenofobia que se ha desatado contra ellos durante los últimos dos años, fundamentalmente por la falta de trabajo en el mercado laboral argentino.
Las encuestas revelan que el índice de desempleo absoluto del 12, 2% es el factor que más incide en las opiniones negativas y discriminatorias de la gente respecto de los inmigrantes, ya que consideran que éstos "perjudican al trabajador argentino". No obstante la inexistencia de estadísticas que demuestren que los inmigrantes le quiten puestos de trabajo a los argentinos, la vinculación de estos dos fenómenos, fue alentada desde el gobierno a través de declaraciones de funcionarios, como las de Carlos Ruckauf, cuando aún era Ministro del Interior, que ayudaron a crear un clima de apoyo a la expulsión de los extranjeros indocumentados y al cierre de fronteras.
Las primeras expresiones xenófobas desde el gobierno, se hicieron oír en julio de 1993 de parte del subsecretario general de la Presidencia, Luis Prol, quien culpó a los extranjeros de los países limítrofes de ser los principales ocupantes ilegales de viviendas en Buenos Aires. Por su parte, el titular de la Secretaria de Población, Aldo Carreras, declaraba que "lo fundamental es saber qué población se quiere para un país básicamente despoblado".
En enero de este año, al darse a conocer los últimos Indices oficiales del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) sobre desempleo, el presidente Carlos Menem, descalificó esas cifras como incorrectas, por incluir a personas que en realidad trabajan "en negro" los empleadores no hacen los aportes de cargas sociales, y que en esa situación se encuentran buena parte de los extranjeros indocumentados.
Sin embargo, la hipótesis oficial de que el aumento continuado del desempleo es culpa de los inmigrantes de los países vecinos, perdió asidero con la reciente difusión de los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC. Según la muestra, su incidencia en el incremento del indice de desempleo apenas llega al 0, 2% del total de desempleados absolutos que hay en el país. Por su parte, una comisión parlamentaria señaló recientemente en un Informe que, en realidad los inmigrantes de países limítrofes realizan los trabajos que los propios argentinos no quieren hacer.
Para "atacar;" el problema de los inmigrantes sin residencia legal en el país, el gobierno argentino puso en marcha una campaña para detectar Ilegales", a través de operativos policiales de detención de indocumentados semiesclavizados. Fueron frecuentes en los últimos meses, las noticias periodísticas sobre allanamientos a establecimientos fabriles o agrícolas donde los trabajadores extranjeros recibían salarios miseros y trabajaban en condiciones infrahumanas. Si bien se les aplicaron sanciones económicas a los empleadores responsables de tal explotación, los que quedaron en una situación de aun mayor desamparo legal y económico, fueron los propios inmigrantes.
Según información oficial publicada por el diario Página 12, el bimestre anterior a octubre de 1994, fueron deportados más de 700 extranjeros indocumentados. El efecto indirecto de los operativos es el traslado de los trabajadores a Buenos Aires para conseguir su documentación (que consiste en más de 30 trámites, difíciles y prolongados) donde se ven obligados a alojarse en hoteles o en viviendas desocupadas, en ambos casos en condiciones ilegales, expuestos a allanamientos y detenciones.
A este cuadro de situación, hay que agregar una campaña de carteles contra los trabajadores extranjeros realizada por Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), durante 1994, que fue utilizada para estimular el chovinismo contra los inmigrantes. La contratación de extranjeros en condiciones de trabajo subhumanas, con salarios indignos y "en negro", que representa una competencia desleal para los trabajadores argentinos, no es culpa de los inmigrantes que llegan al país movidos por la necesidad económica, sino de los empleadores que los contratan.
Asimismo, las expresiones oficiales tienden a identificar a los inmigrantes pobres de países limítrofes como delincuentes, en otro intento de mover a la opinión pública en contra de éstos, exacerbando el sentimiento de temor y xenofobia en la comunidad argentina. El jefe de la Policía Federal ha expresado en varias oportunidades: "los inmigrantes de países vecinos constituyen en la actualidad la principal amenaza a la seguridad ciudadana". Sin embargo, en una muestra de los casos con sentencia de los Tribunales Orales de la Capital Federal desde febrero de 1993 a noviembre de 1994, publicada por el diario Clarín el 15/12/94, se pudo observar que el 88% de los condenados son de nacionalidad argentina. En el mismo articulo se afirma que no son los extranjeros los que cometen los delitos más graves. Dentro de las criticas a las declaraciones oficiales sobre los inmigrantes, se destaca la del padre Osvaldo Musto, responsable de la Pastoral del Trabajo, quien tras recordar que la inmigración es un valor consagrado en la Constitución Nacional, se preguntó si "las declaraciones del subsecretario Prol hacia gente de países limítrofes las habría producido si éstos hablasen español o italiano, y no quechua o guaraní (en referencia a las lenguas habladas por los bolivianos y los Paraguayos).
El racismo y la xenofobia no prosperan en la gente sin tendencias oficiales que los acompañen o estimulen. No abrir conciencia sobre las razones por las cuales miles de migrantes circulan por nuestro país, y hacer creer que la presencia de trabajadores inmigrantes agrava problemas sociales como la falta de vivienda, educación y salud publica, es estimular la creencia en la comunidad de que su ausencia, ilusoriamente los resolvería. El gobierno debe asumir la responsabilidad de los mensajes que dirige a la población.




Inmigración y derechos humanos


El fenómeno de las migraciones no es en absoluto un fenómeno nuevo, ni especial enla historia de la humanidad. Procesos migratorios han existido siempre, y en ellos hanestado implicados personas y gentes de todas las partes del planeta e, igualmente, hanafectado a todas las culturas y civilizaciones. Es más, gracias a la migraciones se hanproducido flujos de intercambio cultural entre las diferentes sociedades. De esta manera, lasmigraciones han acelerado los procesos de mestizaje cultural y social, así como han sidoimportantes instrumentos de progreso de la humanidad.Paradójicamente, el actual proceso migratorio suscita dudas y genera no pocascontroversias. El fenómeno de la inmigración es, de hecho, una cuestión central en laagenda política en muchos países, entre ellos los europeos. Europa ha sido el centro dediferentes procesos migratorios a lo largo de su historia siendo en ellos tanto un área deemisión como de recepción. En la actualidad, lo es sobre todo de recepción. En puridad, asípues, con ese bagaje histórico, no debería extrañar que el viejo continente sea objeto deatracción por quienes viven en otras latitudes, ni, a la vista de esta realidad, debieranproducirse sentimientos de inseguridad, de miedo, ni mucho menos debieran surgir, comoasí ha sido, movimientos y opiniones xenófobas.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hablar ,teorizar ,usar la palabra xenófobos es muy fácil...Ahora vengan a pasear por Abasto ,Constitución ,Balvanera,San Telmo ,Liniers,Flores etc y vean casas intrusadas ,prostitución ,drogas ,
etc .Atras de muchos de esos problemas hay extranjeros que duermen en nuestras puertas borrachos ...generan crimenes,que matan nuestros hijos vendiendoles drogas y nadie hace NADA.Esto es ser xenófobo.....Nuestros antepasados vinieron a trabajar ,Hicieron NUESTRO PAIS ,NO vinieron aqui a vender drogas ,invadir nuestras casas , ni a ser mantenidos por el Estado.

Voto particular
Teorías contemporáneas de xustiza de M.Walzer